6.- Plaça de Sant Agustí vell, la gran plaça i el Portal Nou.
Parlem i expliquem l'enorme importància que havia tingut la plaça i porta d'entrada dels viatgers procedents de Perpinyà i de la costa:
—El pastrim.
—Els set carrers: Serra Xic, Basses, Taules, Portal Nou, Tiradors, Tantarantana, Carders.
—El carrer dels Petons. El gremi dels paraires, el pou. El cul-de-sac.
—Les set places: S. Agustí, Marcús, la Llana, l’Àngel, S. Jaume, Pedró, S. Antoni.
—La font del Gat (passant o baixant?). El cóm. Els ramats. Els animals de peu rodó.
—El Portal Nou. El baluard i la muralla. Els porxos.
—La gent d’esclops i els clavetaires.
—La corranda:
«La gent del Portal Nou
són valents com no n´hi ha gaires,
la meitat són pellissers,
l’altra meitat clavetaires.»
Sobre el pas de menestrals a treballadors:
1.- De menestrals a obrers:
El metge Joaquim Salarich evoca admirativament els temps (primer terç del segle XIX) quan “todos nuestros obreros eran igualmente colonos, que ora empuñaban la esteva del campesino, ora la lanzadera del tejedor, o la carda del pelaire; eran, los más, propietarios de su telar, cuyos beneficios, unidos a los productos de los campos, constituían todo su capital y el bienestar de su familia numerosa y feliz...”
2.- La competència:
"Desgraciadamente, algunos tejedores a mano deben competir con las máquinas, cuyo trabajo, más regular y perfeccionado, deja atás el producido por la mano de estos infelices, que día i noche trabajan afanándose por igualar o por no dejarse vencer por unos rivales, cuya celeridad y perfección jamás podrán igualar..."
3.- Punt de vista dels obrers filadors, 26 de juny de 1856:
“No comparéis nuestro trabajo con el de la generalidad de los artesanos, porque ni es tan monótono, ni tan pesado, ni se verifica bajo una condiciones tan poco higiénicas y tan repugnantes como el nuestro. El obrero artesano, en general, comparte su trabajo con el maestro; hay entre ellos relaciones de igualdad, algunas veces son amigos; su trabajo, tal vez de más difícil ejecución que el nuestro, tiene el aliciente de la variedad y el atractivo de la aprobación de los demás.
Nuestro trabajo se verifica bajo opuestas condiciones. Metidos en grandes cuadras donde impera una severa disciplina, parecemos un rebaño de esclavos sujetos a la vara del señor: colocados junto a las máquinas, somos servidores de éstas; des de la 5 de la mañana hasta las 7 y ½ de la tarde siempre hacemos lo mismo. Para nosotros, lejos de ser el fabricante nuestro igual, es el ojo vigilante y espía de nuestras acciones: nunca trabajamos bastante; siempre descontento ...
nosotros, no podemos menos de ver en él nuestro tirano...”
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