diumenge, 17 de novembre del 2013

Passeig per la cultura de l'horror, la crueltat i la mort, 9

El "arte de lidiar" avui

Jo no he estat mai en cap cursa de braus i per tant no conec de primera mà en què consisteix el "arte de lidiar" o aquesta nova "cultura" que han aprovat ses senyories. Sé, però, que les curses que es corren en places es fan amb un reglament i que són presidides per algú que les dirigeix. Ja se sap que la tortura, en qüestions de solemnitat, no es queda mai curta. La "Santa Inquisición" feia si fa no fa el mateix.
  


Atès el meu desconeixement sobre el tema seguiré les explicacions del professor Mosterín, ja citat anteriorment. "En la corrida, la tortura del toro emplieza ya antes de que el inocente bòvido salga al ruedo. A veces se le untan los ojos de vaselina para dificultar su visión (ya de por sí mala), se introduce algodón de estopa en su nariz para dificultar-le la respiración, se le golpean los riñones con sacos terreros para reducir su fuerza..."


"Una vez acabada la 'preparación', el toro tiene que salir del toril al ruedo. En realidad, este pacífico herbívoro está asustado y no tiene ganas de salir al ruedo ni de atacar a nadie. Todo lo que desea es que lo dejen en paz y volver a pastar hierba. Por eso, en el momento de salir se le clava la "divisa", para que salga disparado por el dolor..." 


Tal com va publicar el BOE en el temps que Corcuera era ministre i es promulgà el reglament taurí, "En el primer tercio el toro serà sometido al castigo apropiado..."


Aquest "castigo" consisteix en  "El matador da instrucciones al picador para que "castigue" al toro, es decir, para que le rompa los músculos del cuello y la espalda..."


"Apalancado en su enorme caballo acorazado, perfora una y otra vez con su vara o pica a su víctima. Busca el sitio de un anterior puyazo y sigue barrenando, es decir, moviendo circularmente la pica, que penetra hasta 40 centímetros en el animal, destrozando sus músculos, mientras chorrea sangre..."



"Después del tercio de varas (o primer tercio) viene el de las banderillas. Al animal descuatizado por el picador todavia se le clavan una serie de harpones (llamados banderillas) en el dorso, para que siga sangrando y la tortura no se acabe tan pronto..."



"...en el último tercio llega por fin el momento de matar al toro, que si se hace bien, de una estocada limpia que le alcance el corazón, serà el único momento de piedad de la corrida, poniendo fin al sufrimiento del animal."


"Por desgràcia, los 'matadores' suelen ser unos carniceros patosos, que con frecuencia fallan sus estocadas, teniendo que repetir una y otra vez la introducción del estoque (una espada de un metro) y perforando los pulmones del toro, que se va encharcando de sangre..."


"Si el torero sigue sin acertar, otro matarife le clavarà un cuchillo (la puntilla) tantas veces como sea necesario".


"Finalmente se arrancarán los apendices (orejas y rabo) del animal agonizante o (con un poco de suerte) del cadáver fresco como trofeos para los matadores. Atado por los cuernos y tirado por los caballos, lo que queda del toro será arrastrado fuera de la plaza."


A la primeria del segle vint "las corridas eran mucho más violentas que hoy (...) Una de las diferencias con la corrida actual estriba en que los caballos de los picadores no llevaban protección. La bravura de las reses se medía por el número de caballos destripados. (Todavía ahora los caballos de los picadores tienen las cuerdas vocales cortadas, para que no puedan gritar de dolor..."
 
L'afició per aquesta cultura macabra, malgrat tant de salvatgisme, compta amb personatges ben destacats.
























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